Karin Gruß
Il. Tobias Krejtschi
Lóguez Ediciones, 2014
Kenan es un chico normal. Lo que más le gusta es jugar al baloncesto con sus amigos. Se ha acostumbrado a ver, a su alrededor, las casas derruidas por la guerra. Kenan vive en un país enfrentado con su vecino. En un desplazamiento para disputar un partido, el chico es herido cuando el autobús en el que viajan es alcanzado por los disparos…
El primer álbum de Karin Gruß nos transporta a una de esas realidades que en muchas ocasiones no queremos escuchar porque no queremos, porque no las tenemos delante, porque es demasiada crueldad que casi siempre termina por herir a los menos culpables de esta vida, a los niños.
Desde la mirada de un periodista vemos las consecuencias de los enfrentamientos en la franja de Gaza, han disparado a un autobús, donde sólo iban unos niños, inocentes de todo lo que pasa a su alrededor. El periodista debe seguir la noticia pero un niño con unas zapatillas rojas idénticas a la que le regaló a su sobrino, le devolverá en cierta medida a la cruda realidad de la zona y a las diferentes vidas que tienen los niños en diversas partes del mundo.
Previamente a las escenas del hospital, nos muestran otras de niñas jugando en la calle ante los destrozos de una guerra que como muchas no tiene explicación. Estas imágenes grises donde destaca el rojo de las zapatillas que dan título al libro, no pueden dejar de recordarme a otros libros del mismo estilo y temática como La historia de Erika (Kalandraka, 2005), Rosa Blanca (Lóguez, 1987).
Un libro que emociona, que nos hace pensar, que no nos dejará sin palabras porque nos preguntaremos muchas cosas más,... una historia que nos muestra hechos que por desgracia son reales.
Esas ilustraciones en gris donde el rojo de la zapatilla destaca, ese rojo que nos remite al rojo de la sangre que ya nos deja intuir la portadilla con esa cámara de fotos y esa gota de sangre injusta.
Un periodista que casi se resiste a mostrar la realidad que tiene delaten y que le gustaría enseñar otra que él imagina como así se demuestra en el libro (esa imagen que cambia de color, o mejor dicho que tiene color cuando el niño revive ante la mirada única del periodista) pero que todo queda en un deseo.
Un libro ideal para conversar de las injusticias de la vida y de quiénes terminan siendo los más perjudicados de todas las guerras.
Las imágenes de las guardas donde vemos al periodista mirando por la ventana y pensando ante tanta injusticia es una imagen ideal para abrir y cerrar esta historia.
Previamente a las escenas del hospital, nos muestran otras de niñas jugando en la calle ante los destrozos de una guerra que como muchas no tiene explicación. Estas imágenes grises donde destaca el rojo de las zapatillas que dan título al libro, no pueden dejar de recordarme a otros libros del mismo estilo y temática como La historia de Erika (Kalandraka, 2005), Rosa Blanca (Lóguez, 1987).
Un libro que emociona, que nos hace pensar, que no nos dejará sin palabras porque nos preguntaremos muchas cosas más,... una historia que nos muestra hechos que por desgracia son reales.
Esas ilustraciones en gris donde el rojo de la zapatilla destaca, ese rojo que nos remite al rojo de la sangre que ya nos deja intuir la portadilla con esa cámara de fotos y esa gota de sangre injusta.
Un periodista que casi se resiste a mostrar la realidad que tiene delaten y que le gustaría enseñar otra que él imagina como así se demuestra en el libro (esa imagen que cambia de color, o mejor dicho que tiene color cuando el niño revive ante la mirada única del periodista) pero que todo queda en un deseo.
Un libro ideal para conversar de las injusticias de la vida y de quiénes terminan siendo los más perjudicados de todas las guerras.
Las imágenes de las guardas donde vemos al periodista mirando por la ventana y pensando ante tanta injusticia es una imagen ideal para abrir y cerrar esta historia.
Premiado como uno de los libros más bellos de Alemania por la Fundación Buchkunst.
No hay comentarios:
Publicar un comentario