viernes, 15 de noviembre de 2013

¡¡¡Corre ratoncito corre que vienen!!!!!

"El ratoncito quiere irse a casa, pero antes debe pasar por el bosque oscuro, lleno de animales salvajes y ha olvidado el camino. ¿Logrará encontrar a su familia y ponerse a salvo?"
Este cuento de cartoné es otro ejemplo, como ya lo fue Si yo fuera un león y otros libros de Lóguez, de que esta tipología de libros también puede ser de calidad y puede formar parte de ese aprendizaje del niño prelector. Es decir, no por ser un libro diferente y con troqueles es sólo un libro-juego. El niño va aprendiendo, descubriendo animales, distinguiendo situaciones y familiarizándose con la lectura.

A primera vista, con las esquinas redondas y unos agujeros que nos descubren algo de lo que pasará en la historia -en la foto de portada que tenéis aquí no se aprecía pero en el issu que os dejo a continuación sí-, el niño irá descubriendo poco a poco quién se esconde detrás del agujero, de quién es ese ojo que vemos y que puede ser un peligro para el ratoncito.



La historia de este pequeño ratón como protagonista que lo único que quiere es volver a casa será toda una aventura. Es de noche y muchos animales aparecerán por el camino. Sólo veremos sus ojos y descubriremos qué animal es cuando pasemos la página. La oscuridad nos impide ver bien qué animal es, sólo acercándonos podremos descubrir de quién se trata, nosotros lo haremos pasando la página. El ratón correrá y correrá ante el peligro que le supone cada animal que se encuentra. Puede resultar complicado al principio el descubrir de qué animal se trata pero como a cualquier niño, les gustará volver a empezar y seguro que terminan por anticiparse a la historia. 

La oscuridad de la noche en un página en negro se rompe con un troquel donde se descubre el ojo de un animal. Este libro propone un juego de adivinanzas (o del escondite) y, a la vez, un juego repetitivo (aparecen una secuencia de animales) que el niño terminará por aprender.

Otro detalle es la narración, cómo nos dirijimos al ratón y le vamos indicando qué sucede: 

"¡Por ahí ratoncito! ¡No, no, ahí corre el..."
"¡Corre a casa, ratoncito, corre tan deprisa como puedas!"

Una característica que hará participe al lector en la historia ya que está avisando al ratón de cada peligro. El niño se lo pasará en grande de esta manera. Por eso os recomendamos que compartáis este libro con el pequeño. Ir observando cómo el niño prelector se anticipa a la acción, cómo se motiva al intentar ayudar al ratón, será todo un momentazo, todo un descubrimiento.


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