Hoy me gustaría hablaros de un libro de fondo de esos que tienes guardados como paño en oro, de esos que te emocionaron una vez y cada vez que los vuelves abrir (y eso que es pequeñín), pero piensas en todo lo que puedes hacer con él. De esos que utilizas para jugar con las palabras porque te sirve de herramienta para crear e imaginar...
Pues aquí está Chamario.
Alguna curiosidad que he descubierto más tarde de este librito: "Eduardo Polo es uno de los múltiples seudónimos del poeta
venezolano Eugenio Montejo (Caracas, 1938), autor de varios libros de
poesías", como nos explican desde la revista Imaginaria. Eugenio Montejo es quien firma el prefacio.
Editado por Ekaré es un libro muy recomendable si queréis que a los niños les acabe por gustar este género en el que se puede disparar esa creatividad tan deseada y solicitada en los últimos tiempos.
Chamario es...
"Un hermoso poemario en donde las palabras y las ilustraciones juegan con las formas y el sentido, conduciéndonos por divertidas imágenes como las de “el rino será ceronte”, “la bici sigue la cleta”, junto “al grillo que canta a la luna” y “el soldadito de plomo que mira la tv”. Como lo llamaría Eugenio Montejo, prologuista de este libro, todo un “juguete verbal”."
La poesía que encontraréis en este pequeño libro está fuera de lo que se puede llamar normal pero eso es lo que da valor, o eso creo, a la poesía infantil. Estas rimas llenas de humor que pueden parecer fáciles y simples pero que están creadas con gran imaginación, un gran talento y dominio del lenguaje provoca el juego y la creación en la mente del niño y seguro que un taller de poesía a partir de este librito será divertidísimo y acercará al niño con la poesía.
La poesía no tiene porque regirse a las normas muchas, no tiene porque ser una rima asonante o consonante, en infantil debe ser divertida y con musicalidad para llamar la atención del que escucha. Los chamos (niños, de ahí el título) prestarán más atención también si el contenido de los poemas son objetos o personas con las que se identifiquen o conozcan:
La bicicleta
"La bici sigue la cleta
por una ave siempre nida
y una trom suena su peta...
¡Qué canción tan perseguida!
por una ave siempre nida
y una trom suena su peta...
¡Qué canción tan perseguida!
El ferro sigue el carril
por el alti casi plano,
como el pere sigue al jil
y el otoño a su verano.
Detrás del hori va el zonte,
detrás del ele va el fante,
corren juntos por el monte
y a veces más adelante.
Allá se va el corazón
en aero plano plano
y con él va la canción
escrita en caste muy llano."
Os recomiendo la reseña en la revista Babar, realizada por Xavier P. Docampo, que dice: "Los versos se construyen con inteligentes juegos de palabras elaborados
con alternancias vocálicas o silábicas: “El rino será ceronte”, “En el
piso veintiduque / de un altísimo edifacio”, “La bici sigue la cleta /
[...] / Detrás del hori va el zonte”… Los juegos de acentuación como en
“Un niño tonto y retonto / sobre un gran árbol se monto” o en las falsas
esdrújulas de “El gavilán”. Juegos, todos ellos, que invitan a la
imitación creativa y, por tanto, a esa revuelta de la lectura que es la
escritura."
Tontería
"Un niño tonto y retonto
sobre un gran árbol se monto.
sobre un gran árbol se monto.
Con su pelo largo y rubio
hasta la copa se subio.
Se creyó un pájaro solo
que iba a volar y no volo.
De la altura, en un desmayo,
el pobre niño se cayo.
La madre sufrió un martirio,
cuando vio que su hijo se hirio.
La casa era un manicomio
porque aquel niño no comio.
Y aunque frunció el entrecejo,
el pobre nunca se quejo.
A pesar de que era recio,
el rostro se le entristecio.
Con un poco de yoduro
una enfermera lo curo.
Y después de un mes temprano
su cuerpo al final se sano.
Creció feliz y muy gordo
y nunca más lo recordo."
"Pero no todo se agota en ese juego lingüístico y en una rima cadenciosa y
rítmica sino que hay en ellos la elaboración de un discurso poético que
busca los máximos niveles expresivo-comunicativos. Y vemos esto en la
voluntad del autor por afirmar su fe en la inteligencia del lector
infantil, compartiendo con él o con ella los objetivos poéticos que
alentaron su creación: “Muchos dicen que no existe / pero están en el
andén”, dice en la tercera estrofa de El tren", continúa comentando Docampo.
El autor experimenta y juega con el lenguaje con un afán lúdico, utilizando el absurdo y lo cotidiano a la vez.
Las ilustraciones de Arnal Ballester despertarán ese interés por interpretar e imaginar más allá del poema. Texto e ilustraciones van a la par, con formas gráficas y planas que tienen le dan dinamismo a la rima que acompaña.
Fuentes:
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